Un viaje de vinos por Cataluña
- Eduardo Arosemena

- 14 ago
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 16 ago

En el verano del 2024 pasé unos días maravillosos en Cataluña, concretamente en el Penedés y en el Priorato, probando vinos deliciosos y más importante aún, conociendo personas comprometidas con sus tierras y cómo éstas representan a su país ante el mundo a través de una copa.
Gemma Torelló, co-propietaria de Celler Kripta, fue supremamente generosa conmigo y mi familia al prestarnos su casa en Torrelavit para usarla como base de operaciones en lo que nos desplazábamos por las bodegas del Penedés, con una parada de 36 horas en el Priorato, cuna de mi primer amor en el mundo del vino -un Les Terrases de Alvaro Palacios- que probé hace 18 años y que, creo, me cambió la vida. En lo que fue mi primera visita de casi un mes por España llegué a encontrarme con Alex Torelló para hacer una entrevista para el podcast de Wine News TV. Hablamos del “rebranding” de la bodega y, entre otras cosas, me mostró un proyecto único que creo dará mucho de qué hablar en unos años. Lo bauticé como "Proyecto Caperucita". Escuchen nuestra charla en este enlace del podcast de Wine News TV. Y si quieren descubrir una joya de cava, descubran el Kripta.

Al día siguiente fui a Vallformosa donde me recibió Marc Perelló, un anfitrión nato. Con porte de artista me mostró la filosofía de una bodega que está haciendo todo bien; buenos vinos, trabajo con la comunidad y una marcada conciencia ambiental. El proyecto "Cultivare" de vinos tranquilos es un golazo. Lo que le dije a Marc: ya el Penedés conquistó al mundo con sus espumosos, es hora de que el planeta conozca las maravillas de su terruño traducido en vinos sin efervescencia. Charlé un buen rato con Marta Vidal, Directora General de la bodega. Menor que yo, Marta es empática, preparada, guapa, una líder natural para rato. Combina la seriedad del corporativismo con la ternura de una madre que quiere legar un mundo mejor a sus hijos y a su país. Escuchen la entrevista acá. Recomiendo el Cultivare blanco.

En la tarde me reuní con Jep Bargalló en Segura Viudas, gigante del cava que no sacrifica calidad a cambio de volumen. Las instalaciones del consorcio Freixenet-Henkel son un espectáculo. Enclavada en una estructura medieval, la bodega es un laboratorio altamente sofisticado de investigación de la vid en pro de hacer un producto de calidad que llega a sobre 50 países del mundo, incluyendo Puerto Rico. Jep, como se lo dije, es muchas personas en una: historiador, enólogo, agricultor, ambientalista, trabajador social. De un intelecto refinado, pasamos una hora charlando sobre uvas, estilos de vinos y sustentabilidad ambiental, entre otras cosas. Aquí pueden escuchar el episodio del podcast al que les invito se suscriban. Copio el enlace de Spotify, pero también nos encuentran en Apple Podcasts y Amazon Music. En cuanto a relación precio-calidad, al menos en Puerto Rico, pocos cavas tan cumplidores como el Brut Reserva Heredad.

A la noche partimos a Botarell, muy cerca del Priorato, a invitación de Javier Belda de Thalassa Sea Wines, Samfora Cellers y Trosset de Porrera. Nunca nos habíamos conocido y luego de unas horas de pasar con él, ya no lo olvidaré jamás. Ni a él ni a su familia. Tampoco a su socio, Diego Durán, o el hombre viña, como le he bautizado. Javier y Diego me invitaron a subir a un Jeep Trooper de esos que recuerdo de mi infancia en Guayaquil. Un carro todo terreno, utilitario, trabajador, como un toro con motor. Subimos al tope de un cerro escarpado, pasando por empinadas pendientes. A un lado de la ventana del carro, sublimes paisajes de viñas viejas, creciendo entre suelos pobres y secos. Balcones, ondulaciones verdes y rojizas que daban la impresión de ser inalcanzables para la mano del hombre. Al otro lado, el vacío, a centímetros del carro. Curvas, falsos caminos, rocas por todas partes.

El Priorato es el cielo y es también el infierno. Es celestial y es animal por partes iguales. Pude probar los vinos de Trosett de Porrera, un proyecto pequeñito que Diego y Javier llevan a pulmón. Menos de 5 mil botellas repartidas en tres vinos impresionantes: Olim blanco, Olim Tinto y Trosett de Porrera. Todos rústicos y elegantes, con narices interminables de tierra y mineral, de sal e incienso, de cosas que parecen salidas de los intestinos del globo terráqueo. Confío estos vinos puedan algún día llegar a Puerto Rico. Son de una raza única, que solamente puede darse en el Priorato. Cenamos en Lo Teatret, en Porrera, una ciudad de 450 habitantes donde casi todos son primos y donde se conocen a los perros del barrio por nombre. Es un pueblo romano, lleno de piedras y paisajes salidos de hace mil años. Si pueden visitarlo, vayan. Se pueden quedar muy cerquita en el Hostal Sant Roc donde Maribel te hará sentir como en tu casa.
A la mañana siguiente, junto a mi familia, viví una experiencia inolvidable, recorrimos el Delta del Ebro en una pequeña embarcación tirada por Javier que nos llevó hasta una mejillonera donde probé ostras y mejillones recién sacados del agua con unos vinos deliciosos que llevaban meses sumergidos bajo el agua, en algo que Samfora Cellers hace con probada excelencia. Conocí a Dani, un hombre oso, rudo y tierno, nacido en Transilvania. Una mañana para el libro de mi vida. Acá un resumen del recorrido en mi cuenta de Instagram.
A la tarde llegamos a Clos Berenguer, una bodega que lleva mi amigo Gil Nuñez y que hace unos vinos deliciosos donde impera la elegancia, la complejidad y la frescura a pesar de la intensidad intrínseca de las uvas del Priorat. Me recibió Carol, vivaracha, pícara, pura risa y a la vez, mucho saber de vino. Hace una gran labor como subalterna de Gil. Tuvo la gentileza de convidarme un “Selecció” del año 2000. Este es el vino icóno de la bodega. El tiempo le ha mejorado. Lo ha regresado a la tierra. La exuberancia de la uva trasmutada en hierbas y elegancia gracias al paso del tiempo. Esta bodega hace un vino que se llama Clos de Taffal que por $20 es una compra más que inteligente.
Sobre el final del día conocí en persona a David Seijas, sumiller de El Bulli por 12 años y uno de los mejores del mundo en lo que hace. Un campeón de la vida. Hoy, junto a su socio Marc Ripoll, hace un vino maravilloso en Gratallops que lleva por nombre Esclafit y que es un corte de Carinyena con Garnacha de viñedos viejos. Charlamos, catamos, reímos, pasamos revista de las cosas que aún quedan por hacer. Puedes escuchar mi charla con David aquí. Queda pendiente una visita a Puerto Rico. Terminé la tarde charlando con Marc Ripoll sobre unos vinos de otro mundo que embotella bajo el sello Cal Batllet, de su familia, de lo que se cuida con el alma. El “Roncavall, Vi de la Vila, Torroja 2017” fue uno de los mejores vinos que tomé en el 2024. Gracias Marc por una linda conversa. Si quieres ver la lista de los vinos que más me sorprendieron en el 2024, pulsa aquí.

A la noche cenamos con Javier, su encantadora esposa Angela y sus dos bellas niñas en Cambrills. Fuimos a Germans Miquel. Festín de mariscos frescos y buen rollo, como dicen acá en España. De diez todo. Probé un Riesling de Andorra que es un espectáculo de vino blanco. Gracias a Joan Albert por el ratito que sacó para charlar conmigo sobre su proyecto. Queda pendiente una visita a Andorra. Me fui del Priorato con los ojos llenos y el corazón agradecido. Sin duda, si la salud lo permite, regresaré un día. Quedaron aquí buenos amigos que es una legítima razón para emprender cualquier regreso. En mi último día en el Penedés visité a Jordi Arnan de Bodegas Pardas para seguir explorando los vinos tranquilos de esta zona. ¡Por Dios, qué joyas se pueden dar aquí más allá de las burbujas!
Mi parada final fue Vilarnau donde conocí a una chica de 26 años que se llama Nuria Soria, que es sumiller y encantadora por partes iguales. Tiene un futuro enorme como comunicadora del vino. En Vilarnau, que se consigue también en Ecuador con los amigos del Grupo Cordovez, vi una instalación preciosa, moderna, bucólica, abierta al público, con conciencia ambiental y vinos que ofrecen una extraordinaria relación precio calidad. El Albert de Vilarnau, en barrica de castaño, es sobresaliente. Un cava que se para firme al lado de cualquier champagne. Escucha mi charla con Nuria acá.

Cataluña, tierra donde el mundo hizo de Lionel Messi un pequeño dios para los amantes del fútbol como yo y que agradecemos haber conincidido en época con su genialidad. Lugar de gente buena, vinos de raza, de una identidad indómita y cuna de Barcelona, acaso la más colorida de las grandes ciudades del mundo que he visitado. y de la que me ufano decir es el lugar donde viven buenos amigos.
Espero volver pronto. A beber vino y a dar y recibir abrazos. Eso, que no es mucho y a la vez, todo.
¡Salud y dale share!
Eduardo Arosemena Muñoz




















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